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La importancia del estercolado en el cultivo de la oliva

Durante el frío invierno, una vez terminada la recolección y se han dejado a punto todos los procesos que esto implica, las labores en el olivar no cesan. Es necesario estar preparados para la llegada de la primavera y una de las labores más beneficiosas que se pueden hacer es el abonado mediante abonos de tipo orgánico (es decir estiércol natural). Se suele aprovechar el estiércol de los animales si se tienen. Pero de lo contrario es muy habitual que se llegue a un acuerdo con ganaderos de la zona que de este modo se quitan de encima los excedentes de abono que tienen, así tienen dónde esparcirlo y a los productores de oliva les viene genial. Normalmente se suele utilizar estiercol de oveja, si bien no hay inconveniente usarlo de cabra o vaca. Otros abonos naturales como cerdo o gallina son demasiado ácidos y podrían estropear nuestros olivos.

Este tipo de abonado supone un  buen aporte de nutrientes para los árboles que lo reciben con entusiasmo. Además, el estiércol ayuda a mejorar la estructura del suelo haciendo que sea más poroso y se encharque con mayor dificultad. Así si llueve de manera fuerte o brusca tendremos menos problemas. Esto es muy importante para el olivo, pues una de las pocas exigencias de este árbol tan rústico es que le gustan los suelos bien aireados. Para conseguir este efecto, no basta con aplicar estiércol un año, sino que hay que ser perseverantes y repetir esta tarea de forma anual. A medio plazo obtendremos resultados con mayores y mejores producciones.

Otra virtud importante de esta materia orgánica es la gran cantidad de microorganismos que contiene. Gracias a esta característica, al aplicarla, el suelo se vuelve más fértil. Esto se debe a que las bacterias transforman muchos nutrientes que están bloqueados en el suelo, haciendo que estén más disponibles para que las raíces de los árboles puedan tomarlos. Este es un hecho que desde siempre sabían de manera intuitiva los agricultores desde tiempos inmemoriales.

El estercolado es una manera de cerrar el ciclo, devolviéndole a la tierra parte de lo vamos sacando de ella con los múltiples aprovechamientos. De esta forma, se integran las distintas actuaciones de la finca, optimizando los recursos que ella misma brinda. Por supuesto, es una tarea que a nivel ecológico es intachable. El medio ambiente se realimenta de lo que hemos producido.

Este tipo de abono se reparte por el terreno con la ayuda de un remolque esparcidor, con el que se extiende uniformemente para que no haya zonas con demasiado abono (que podría llegar a «quemar» las raíces) mientras otros lugares no gozan del deseado aporte que hace el abono.

Como ves las tareas en un cultivo de oliva (especialmente si se piensa dedicar especialmente al aceite virgen extra) se desarrollan durante todo el año y no son exclusivas de los periodos «productivos». Disfrutemos de la maravilla que es el aceite de oliva, un signo de identidad de nuestro país y de nuestro campo.

Cuando vayas a comprar aceite de oliva, piensa en todo el trabajo que tiene detrás.

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