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Las tribulaciones de Izquierda Unida

Izquierda Unida se regocijaba a principios del 2014 con los resultados que les daban las encuestas. Con un PSOE hundiéndose, se confirmaba lo que viene sucediendo desde el 78. Cuando el PSOE baja, IU sube, y viceversa.

Pero de pronto surge como un vendaval Podemos, y rompe el tablero electoral en las europeas. Un movimiento que inicialmente pidió ir en las listas con IU, a lo que Cayo Lara se negó, pensando que ahora era su momento. Tras el resultado de las europeas, están intentando arreglarlo con el ascenso a la primera línea de Alberto Garzón, pero puede que ya sea demasiado tarde.

Podemos, con varios politólogos sociólogos en sus filas, lo tiene claro. Si se quiere sacar más de un 25%, e intentar ser primera fuerza y tener capacidad de gobernar, hay que dirigirse al 60% que según el CIS se sitúa entre el 1 y el 6 en la escala izquierda-derecha. De ahí su discurso transversal, desdibujando el concepto de izquierda, y hablando de mayoría y minoría privilegiada.

Sin embargo para IU, los principios y las ideas no son negociables. Ellos dicen que son claramente de izquierdas, y lo que deben intentar, es convencer a la sociedad de que sus ideas son las correctas, y las que pueden mejorar el país. Es una estrategia más a largo plazo, y si se me permite la expresión, más inflexible pero más coherente. Mientras el reparto ideológico del país no cambie, de momento su porcentaje de voto objetivo no supera el 15%, que son las personas que se sitúan entre el 0 y el 3 en la escala.

Podemos, está claro que no quiere una coalición preelectoral a la antigua usanza, por lo que acabamos de indicar. Quiere luchar por la franja central del 4 al 6. Otra cosa será, tras las elecciones y los acuerdos postelectorales que se puedan producir. IU tiene que demostrar que puede aguantar por encima del 5% de los votos y no caer en el vendaval del voto útil. Pero la historia nos dice que esto es difícil, solo hay que ver lo que ha estado pasando con respecto al PSOE.

Si le sale bien la jugada a Podemos, y en las políticas económicas demuestra que se pueden hacer las cosas de otra manera, puede convertirse en el partido hegemónico de la izquierda, desde la extrema al centro, justo lo que es el PP en la derecha. Veremos que sucede en el campo de batalla. La política siempre nos depara sorpresas. Permanezcan atentos.

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