Que conste que el llamativo titular no es nuestro, sino una opinión de Ben Parr, con la que comienza su artículo en Mashable dedicado a Path. La nueva incorporación al mundo del Social Media, protagonista hoy de nuestro blog, prefiere definirse como “The Personal Network”: una red que no sustituye a todas las demás, sino que las intensifica.
Sin duda, “The Anti-Social Network” sería un gran título para una película. Al fin y al cabo, también hay “estrellas” detrás de Path: Shawn Fanning, fundador de Napster o el exfacebook Dave Morin, por ejemplo. Que su invento crezca tanto como para llamar la atención de Hollywood es algo impredecible a día de hoy. Y es que estamos hablando de un proyecto a treinta años vista, o al menos, con esa voluntad de permanencia, según le asegura Morin a Caroline McCarthy en su artículo en CNET News – The Social: “Every choice we´ve made has been intended to build a 30-year brand”. Así que, de momento, vamos a revisar algunas de las opiniones y críticas que ha suscitado, aquí y allí.
¿Qué es Path? Las definiciones, a grandes rasgos, coinciden: “La red social con límite de amigos”, en Baquia.com, “Una especie de híbrido entre las aplicaciones photo-sharing para móviles y los servicios de mensajería privada” (McCarthy) o “The Opposite of Twitter”, según el artículo de Mashable que mencionábamos en nuestra introducción. Ya tenemos las dos claves: servicio centrado en compartir fotografías de móvil (de iPhone, para ser exactos, aunque también estará disponible para Android y BlackBerry en los próximos meses) con un máximo de 50 personas.
¿Y por qué limitar los amigos?
La primera respuesta es la obvia: para ser diferentes, claro está. En Baquia.com se apunta también otra posible explicación: los escándalos de privacidad de Facebook, que han servido como punto de partida para una nueva interpretación del concepto “compartir”. En el blog de Path afirman que, precisamente por eso, es “Un lugar donde puedes ser tú mismo”; porque al compartir tus “capturas de los momentos más personales de tu vida” solo con “las 50 personas que más te importan”, puedes relajarte, hacerlo con total confianza (sin ánimo de cuestionar esta afirmación, nos atrevemos con un consejo: si eres adolescente, mejor que no incluyas a tus padres en esos 50, pues).
Resumiendo: en Path compartes fotos y las etiquetas en tres categorías: “people”, “place” y “things”. Precisamente, que solo existan estas tres es el otro gran argumento (además del límite de 50 amigos) para calificarla de “anti-social”: nada de “Likes”, “Comments” ni compartir contenidos con otras redes. Justo después de probarla unas pocas horas, Marshall Kirkpatrick se centró en detalles como éstos en su artículo “10 Surprising Things You Can´t Do on Path”, publicado en ReadWriteWeb. “Quizás la simplicidad sea una virtud, pero, vamos, ¿nada de comentarios? Comprendo el énfasis en el private sharing, pero, ¿no debería haber la opción de llegar más allá de un círculo estrecho en alguna ocasión?” Yendo más allá de la crítica, Marshall hasta recomienda otra aplicación: Treehouse. Según él, “Muy similar, solo que sin las rockstars detrás y con más posiblidades”.
Vamos a dejar que los autores del invento se defiendan. Lo hacen afirmando que a nadie se le obliga a compartir sus fotografías exclusivamente con un grupo pequeño. “Si los usuarios quieren compartir sus fotos con otras redes, si quieren ponerlas en Tumblr o en Twitter, les damos la bienvenida y probablemente construiremos estas interfaces. No están en la versión uno, pero probablemente las incluiremos”, le contesta Morin a Caroline McCarthy. De ahí que nunca se ponga el énfasis en el, digamos, lado “anti-social”, o en la crítica a otras redes. Dave Morin ve a Path más como una combinación de lo íntimo y lo mundano, como en los primeros días de LiveJournal o el Twitter de la era pre-celebridades. Lo que busca es que no se degraden los momentos de calidad e intimidad. De hecho, la única crítica (más o menos encubierta) que podemos encontrar en el blog de Path es ésta: “No following, no friending… just sharing with the people who matter the most”.
A estas alturas, es posible que alguien se pregunte “¿Y por qué 50 amigos, y no 25 ó 100?”. Pues hay explicación científica detrás: las teorías del profesor de Psicología Evolutiva de la Universidad de Oxford, Robin Dunbar, que afirma que las relaciones personales tienden a expandirse multiplicándose, aproximadamente, por tres. Por lo tanto, si consideramos que nuestros mejores amigos son 5, serán 15 las personas con las que podemos mantener un contacto regular, lo que nos lleva a que la cifra de 45 (o 50) sea el límite de nuestra “red personal”. Y 150 “el número máximo de relaciones sociales que el cerebro humano puede mantener en un momento dado”. Pero ya no serían cercanas, claro.
En el muy recomendable artículo de Caroline McCarthy, que no nos cansaremos de recomendar, encontramos más “razonamientos conceptuales” (y más cosas, como que las oficinas de Path gozan de unas maravillosas vistas sobre la bahía de San Francisco, que Ashton Kutcher está entre sus socios inversores o que según sus previsiones, en “2013 habrá más usuarios de Internet vía móvil que vía ordenador”), los del Premio Nobel de Economía Daniel Kahneman y sus trabajos en “Psicología Hedonista” y la percepción de la felicidad. Para los que estéis más interesados en el tema, podéis ampliar información en el blog de Mostafa Sheshtawy.
Terminamos con la gran pregunta. ¿Tendrá éxito Path? McCarthy es, hasta cierto punto, optimista, porque la clave, hoy en día, es que a nadie le gusta ser observado. Ben Parr es más escéptico: “Va a conseguir un montón de atención y de descargas solo por la reputación de sus fundadores, pero si eso se traducirá en usuarios fieles y activos es otra historia, aunque, una vez más, el poder de la exclusividad puede trabajar en su favor”.